Miliciano que formó parte de la guardia personal de Camilo Cienfuegos. Arribista y cómplice de traición.
Historias verídicas cubanas – El último carnaval cap 29 pag. 426
Algunos meses después de la reunión que sostuvieron en Cojímar Fidel y los líderes del partido, ya con el presidente Urrutia apartado de su puesto y sin el estorbo de Huber Matos ni de Camilo Cienfuegos, Raúl Castro desde su propia oficina le ordenará Ramiro Valdés que le prepare todo lo que tuviesen disponible sobre Mario Toranzo en los informes de la Seguridad de Estado. Para analizar este tema iban a ser convocados William Gálvez, y Antonio Negrín, ambos encargados en la coordinación de actividades y colaboradores directos del jefe de las Fuerzas Armadas. William Gálvez era entonces un joven de unos 28 años de edad, proveniente de la tropa de Camilo y probablemente uno de los principales involucrados en su repentina desaparición. La oblicuidad de sus ojos le daba un aspecto medio mongoloide o de vejez a su rostro. Tenía los bigotes escasos y una barba aún más escasa. Tanto él como el teniente Negrín estaban comprometidos con Raúl en la comisión de varias conspiraciones y venían operando últimamente como viles chivatos suyos.